Madridulce nace para hablar de postres y de dulce. De producto. De personas. De talentos. De creadores. De gastronomía dulce. Comenzamos madridulce con 5 pastelerías de Madrid que desde hace años nos invitan a entrar y a disfrutar de sus propuestas. Que tienen una historia vivida.
Ponemos en marcha esta iniciativa con 5 marcas centenarias imprescindibles que cuentan algo que nos interesa, que aportan un valor definitivo y cuyos orígenes fueron pura vocación. Una vocación que han mantenido en el tiempo. Son marcas que alcanzan seis generaciones o cerraron para abrir nuevamente poco después. Pero todos son centenarios.
Por eso no podíamos empezar de otra manera y estamos agradecidos a El Pozo, Casa Mira, El Riojano, La Mallorquina y La Duquesita por contarnos cada una de sus historias. A partir de ahí, esperamos que madridulce pueda sumar nuevamente a los centenarios e incorporar a referentes de Madrid o de cualquier otra ciudad.
Esta iniciativa nace para degustar el buen dulce, venga de donde venga y disfrutamos tanto de las tradiciones como de la creatividad y la innovación. De hecho pensamos que la creatividad parte del conocimiento de los inicios.
Alrededor del dulce se generan sensaciones y momentos únicos y nos gustaría ser capaces de transmitir esa pasión que nos han transmitido. Si lo conseguimos, estaremos felices. Eso seguro.
El Pozo. Casa Mira. El Riojano. La Mallorquina. La Duquesita
El Pozo, Casa Mira, El Riojano y La Mallorquina forman un eje perfecto en apenas unos metros. Y La Duquesita, muy próxima a las cuatro, también permanece abierta en el centro de Madrid. Son marcas centenarias y sus espacios en la Carrera de San Jerónimo, la calle El Pozo, Puerta del Sol, en la calle Mayor y en Fernando VI, son igualmente centenarios. Las cinco marcas suman 780 años y queríamos reunir a las cinco en una iniciativa común. No contamos su historia ni una cronología. Más bien contamos cinco historias que alguien, en el inicio de madridulce, dijo que eran cinco historias de amor.
Fundada en 1830, es la pastelería más antigua de Madrid y sigue ofreciendo dulces tradicionales que se elaboran cada día en su obrador, entre los que destacan su valorado y reconocido hojaldre o su roscón de Reyes, disponible durante todo el año.
Desde hace tres generaciones, la familia Leal dirige la antigua pastelería de El Pozo, una marca imprescindible para Madrid que, a punto de cumplir 200 años, ha respetado la esencia de sus inicios, con su mobiliario original, el mostrador de mármol y madera, la singular máquina registradora o la balanza clásica de dos platos.
Casa Mira abrió sus puertas en 1842. El fundador de la marca, Luis Mira comenzó viajando con sus turrones desde Jijona a Madrid y pocos años después abrió la primera tienda en la Plaza Mayor que en 1855 trasladaría a la Carrera de San Jerónimo, donde ofrece desde entonces sus reconocidos turrones.
Casa Mira alcanza las seis generaciones familiares y se considera la primera tienda de turrones en Madrid de fabricación artesanal e ingredientes tradicionales, entre los que destacan el turrón de almendra y el de Jijona. También propone mazapanes, nueces, fruta confitada, polvorones y marrón glacé, siempre en sus
Dámaso Maza era pastelero de la reina María Cristina de Borbón cuando, en 1855, fundó El Riojano. Sin descendencia, fueron sus maestros pasteleros los que dieron continuidad al obrador.
Durante más de 150 años por la pastelería de la calle Mayor han pasado personalidades de la sociedad madrileña , familias y apasionados del dulce que buscan los sabores más tradicionales dedicados a cada una de las festividades, además de su emblemática pasta del Consejo, creada para Alfonso XIII.
En el espacio centenario se conservan las piezas más características de sus orígenes y sus vitrinas, mostradores y elementos en mármol, bronce y caoba del XIX.
Fundada en 1894, La Mallorquina es una pastelería familiar que se asocia directamente a la Puerta del Sol, de Madrid, donde recibe a los madrileños con sus pasteles más tradicionales y con una amplia carta de postres, tartas y chocolates, que ha evolucionado para sumar nuevas referencias dulces.
La Mallorquina de Sol ofrece, desde su pastelería en la planta principal y su salón de té, en la primera planta, sus reconocidas napolitanas de crema o chocolate, las trufas, la tarta de fresa, la bamba de nata, las pastas de té o los bartolillos.
Con una conexión muy cercana con la ciudad, la marca centenaria ha abierto en los últimos años tres nuevos espacios en los que comparte su vocación pastelera.
La Duquesita comenzó en 1914 y durante su trayectoria, vinculada a la familia Santamaría, se consolidó como una de las pastelerías emblemáticas de Madrid.
En 2015, tras cumplir cien años, cerraba por primera vez sus puertas y meses después volvía a reabrir de la mano de Oriol Balaguer, uno de los pasteleros más reconocidos de España.
En la nueva etapa, la pastelería conservó los elementos originales – espejos, vitrinas y mostradores- y paralelamente evolucionó su propuesta para ofrecer nuevas referencias de hojaldre, pasteles, chocolates, trufas y bombones, junto a postres que proponen nuevos sabores y que van cambiando según temporada.
Coincidiendo con Madridulce, El Pozo, Casa Mira, El Riojano, La Mallorquina y La Duquesita crean cinco ediciones especiales de las rosquillas de San Isidro y además de las rosquillas tradicionales de Madrid, proponen cinco nuevos sabores que podrán degustarse el 13, 14 y 15 de mayo,
Asi, El Pozo invita a disfrutar de rosquillas con sabor a violeta; Casa Mira presenta sus rosquillas con cobertura de turrón; El Riojano parte de la versión clásica y elabora una rosquilla de madroño; La Mallorquina propone una rosquilla de frambuesa y La Duquesita elabora sus rosquillas con pistacho y sal.
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